A principios de la década de 1930, la política de Cadillac era no vender automóviles a los negros. En 1933, Nicholas Dreystadt, un gerente de nivel medio en General Motors, interrumpió una reunión del comité ejecutivo de GM y los convenció de abandonar la política. Las ventas aumentaron un 70% en un año.
Fuente: The Man Who Saved The Cadillac
