¿Quién es él?
En la mitología azteca, Mictlantecuhtli es señor de Mictlán. Mictlan es la sección más baja del inframundo, donde la mayoría de las almas son transportadas después de la muerte: las víctimas del sacrificio irían a una sección diferente. Los que morían ahogados ni siquiera iban al inframundo, sino a un mundo paradisíaco. Hay nueve niveles del Mictlán donde las almas se someterían a pruebas peligrosas como cruzar ríos llenos de jaguares mortales. Mictlantecuhtli era el más poderoso e importante de todos los dioses de la muerte. Con esto en mente, los aztecas lo adoraban con absoluta devoción, a veces incluso rindiéndole tributos caníbales. Por lo general, se lo representa como una figura esquelética con ojos saltones y uñas afiladas en forma de garra. Llevaba un collar hecho con globos oculares humanos y aretes hechos con huesos humanos. El ser esquelético era un símbolo de su conexión tanto con nuestro mundo como con el inframundo.
Mictlán contra otros dioses
Según la leyenda azteca, el dios Quetzalcóatl ingresó al inframundo para recolectar huesos, pero Mictlantecuhtli se negó a dárselos. Así que Quetzalcóatl simplemente robó los huesos. Pero Mictlantecuhtli lo persiguió y lo obligó a dejar caer los huesos en Mictlan. Al aterrizar de nuevo en el Mictlan se hicieron añicos en el suelo. Más tarde, Quetzalcóatl volvió a recoger los huesos rotos y los transportó a nuestro mundo, donde los transformó en humanos y animales. Los huesos rotos explican por qué las especies animales varían de manera tan diferente.
La Casa De Mictlantecuhtli
Mictlantecuhtli y su esposa viven en una pequeña casa sin ventanas en Mictlan. Su esposa fue Mictecacihuatl. Su responsabilidad era proteger los huesos de los muertos, ya que mover los huesos de las personas podría alterar su destino. Se decía que había nacido humana. Pero fue sacrificado a una edad temprana. Se desconoce cómo terminó siendo su esposa.