Las relaciones anglo-argentinas no siempre han sido malas. A principios del siglo XX, Gran Bretaña ayudó a Argentina a alcanzar un estatus de riqueza. Los inversores y los inmigrantes construyeron los ferrocarriles del país, fundaron el primer club de fútbol e incluso abrieron los primeros y únicos grandes almacenes Harrods fuera de Gran Bretaña en 1912. Para 1913, Argentina tenía un ingreso per cápita más alto que Alemania, Francia, Italia y España. De hecho, era casi tan rico como Canadá sobre esa base.