El animal más mortífero del mundo no es un tiburón, un oso o un tigre, sino algo mucho más pequeño: un mosquito. Según la Organización Mundial de la Salud, 725.000 personas mueren cada año a causa de enfermedades transmitidas por mosquitos, como la malaria, el dengue y la fiebre amarilla. Superan en número a todos los demás animales del mundo, excepto a las hormigas y las termitas. También se pueden encontrar en casi todas las partes del mundo.