En 1957, el dentista Charles Kremer expresó en Nueva York su sospecha de que un alto cargo eclesiástico, el arzobispo Valerian Trifa, era en realidad el criminal de guerra nazi Viorel Trifa. 20 años después, los investigadores encontraron la huella dactilar de Trifa en una postal dirigida a Heinrich Himmler en un archivo alemán.
Fuente: Valerian Trifa