La máxima “fair dinkum (precio justo)” se acuñó en la Costa del Sol.
La historia es bastante interesante: un prisionero de Inglaterra que se había instalado allí empezó a intercambiar sus posesiones con los indígenas. Cuando intentó cambiar una lata por un bumerán, los ancianos de la tribu malinterpretaron al pobre hombre y la lata se convirtió en “din kum”. El término fue rápidamente adoptado por el resto de los aborígenes y comenzó a utilizarse en el comercio.