El lenguaje de los perros de la pradera es complejo. No sólo comunican “peligro”: sus llamadas distinguen entre humanos, halcones, perros domésticos, coyotes, etc. Determinan el tamaño y el color. Un estudio descubrió que pueden comunicarse entre sí: “Aquí viene el hombrecito, de color amarillo” (en contraposición al hombre grande, que es azul).